¿Qué viene?
Musas
Sean Osmin HAMUD RUIZ
Hay días así. Sencillamente no encontraba el hilo para escribir hoy.
Agobiado por los colores, claves, números e iniciales que contendrán las boletas para la elección del poder judicial. Un enredo bárbaro, total y dolosamente provocado. Una cosa he concluido, hay que salir a votar. Y como estrategia, le haré caso a Jorge A. Meléndez y miré en serie buscando las letras PJ, que son aquellas candidaturas que propuso el poder judicial; y por las EF, personas que estaban en funciones y decidieron participar. Bien dice, ahí podría haber una esperanza, trémula flamita, pero existente.
Como papá, terminé de ver la serie de Adolescencia en Netflix y, además de no poder contener las lágrimas, corrí a abrazar a mis niños. Confieso que uno de mis miedos más profundos y golpeadores es equivocarme como formador de mis hijos. Verlo representado en esta historia, de una manera tan dura, conmueve, estimula a la reflexión y nos confronta con una realidad que a veces creemos conocer, pero de la que vivimos ajenos, por distraídos y muy a pesar de nuestras mejores intenciones.
Trump y su fábula “El flautista naranja”, ese que va tocando su instrumento, con una melodía distrópica, sin ritmo, pero hipnótica, que nos tiene a todos al pendiente y siguiendo. Sin duda estamos atestiguando el horizonte de un nuevo orden geopolítico y económico, con equilibrios distintos, maneras de comerciar diferentes, consecuencias todavía por ver. No podemos acomodarnos, ni en la situación actual, ni en la incertidumbre. Habrá que ser asertivos.
El tema energético en el país ha sido una piedra en el zapato que, además de incómoda, ha resultado frustrante, pues la realidad es que no se han generado verdaderas alternativas para que uno de los factores determinantes para poder aspirar a atraer inversiones y/o crecer la planta productiva actual se encamine a una posible solución. Aunque la presidenta nos dio una lección de oro, muy estilo T4. Si no quieres pagar por mucho consumo, pues no consumas.
Lo siento, esta vez me tuve que poner a perseguir MUSAS.
MICROCUENTO
Fantasía, misterio, suspenso, emoción, sorpresa. Nomás no se dejaron mezclar. Las neuronas sencillamente se negaron a conectar.