Caldero Político
Hacia una nueva evolución del Sistema Político Mexicano
Juan Ángel MAGAÑA HERNÁNDEZ/Analista político
Actualmente estamos viendo dos procesos internos de dos bloques ideológicos, con miras al proceso electoral del 2024, donde estamos a tres meses de que inicie este mismo. Y hoy en la presente colaboración, vale la pena reflexionar si nuestro sistema político mexicano actual, vale la pena revalorizar que se implemente un cambio evolutivo debido a que el actual se encuentra agotado.
Con ello, existen diversos elementos que construyen la idea del sistema político como tal, en el contexto político mexicano, pero que además, se diferencian de características del pasado, por lo que podríamos ubicar entonces el planteamiento de un nuevo sistema político con características que se vayan construyendo como parte de las tendencias que se generan a su interior y que le diferencian de lo que ocurría anteriormente. Si partiéramos el análisis desde la perspectiva de caracterización del sistema político como metodología, se construiría un esquema de explicación que interpreta la forma en que la política mexicana ha venido cambiando a lo largo del siglo XXI. El cataclismo de las instituciones del antiguo sistema político está asociada a un largo proceso de lucha política, que permitió la creación de nuevas instituciones, pero en espacios políticos muy específicos. Observamos pues, que los futuros candidatos y candidatas a cargos de elección popular, deberían replantear un cambio evolutivo del sistema político de México en sus diversas esferas y manifestaciones: Desde los tres poderes públicos, el subsistema de partidos, la sociedad civil, conformación de verdaderos procesos de democratización, donde no se ejercite el proceso de denuncia legal por deformaciones y tráfico de influencias actual.
Los procesos y las estructuras políticas de México, reflejan la evolución, la historia, la cultura, los valores, las religiones, los grupos étnicos, las expresiones e identidades, los (las) actores políticos, las relaciones con otras sociedades, etcétera, y son referentes para entender cómo se han moldeado las instituciones reconocidas y con las que vivimos en la actualidad.
Las instituciones jurídico políticas son reglas establecidas de manera formal o informal, que tienden a regular la interacción de los actores en un espacio dado. Las instituciones políticas son las reglas del juego político, pues regulan la forma en que los actores compiten, ganan y ejercen el poder público en la arena política. Aunque estamos observando actualmente, un pre-del pre-proceso interno de los partidos políticos, antes del comienzo formal del proceso electoral, que no está regulado ni registrado aun en la LEGIPE.
Las instituciones no surgieron de la nada, todas tienen impreso un contenido histórico preciso, por el conjunto de procesos que han influido en su formación. El pasado hispano, monárquico, liberal, revolucionario, nacionalista y democrático; independientemente de lo que todo esto signifique está reflejado en las instituciones contemporáneas y en el discurso que las legitima, en el caso de nuestro país.
El diseño del gobierno en México implica la existencia de una división del poder en tres figuras, el Presidente de la Republica, un Congreso bicameral y un Poder Judicial colegiado y su integración y fundamento se indica en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; donde desde el Ejecutivo se plantea re funcionar y cambiar la designación de los ministros y ministras a través del voto popular.
De acuerdo a la teoría y filosofía política del Barón de Montesquieu, los Tres Poderes conforman el Gobierno legítimo, representativo y democrático. Pues ninguno de estos debe estar sometido entre ellos nunca, dándose el sistema de pesos y contrapesos. México adoptó una configuración de poderes donde el Presidente tiene más poder formal que el resto, aunque el Congreso de la Unión tiene más atribuciones formales. Al mismo tiempo, en términos espaciales, el poder se federalizó, permitiendo la incorporación de los estados de la republica en la toma de decisiones nacionales y respetando, al menos en la formalidad jurídica, sus propios ámbitos de acción. Eso marca los principales límites que los actores políticos tienen en su lucha política pero, incluso en el contexto del esquema del régimen actual de la izquierda progresista que ganó la elección del año 2018, se viene limitando esta concentración del Poder político y publico siendo parte del esquema institucional establecido en la Carta Magna.
Hoy se requiere un cambio evolutivo donde la ciudadanía tenga el papel preponderante. Pues se sabe que ciudadanos efectivos no es la única condición para avanzar en la transición política de México, pues puede haber gobiernos democráticamente electos, lo que implica que el ejercicio de la ciudadanía, puede no tener necesariamente gobiernos democráticos. Esta última condición puede referirse a la falta de mecanismos institucionales democráticos que permiten a los gobiernos ser también democráticos.
Esto implicaría que la base del ejercicio mismo de la ciudadanía, puesto que esta no se agota en el voto electoral o en alguna otra actividad formal de participación política; sino que va más allá y se realiza en la cotidianeidad misma. ¿Cuántas decisiones toman las estructuras del gobierno día con día? ¿En cuántas de ellas participan los ciudadanos en México?. De nada sirve elegir a un gobierno de manera limpia, transparente y democrática, si este no encuentra mecanismos que le permitan tomar decisiones, o no logra que las decisiones tengan un vínculo con la ciudadanía, y que mantengan entonces una fuente de legitimidad, ese es en si el gran cambio evolutivo que puede generar un avance generacional estructural del sistema político mexicano. ¡Veremos si se cumple ello!; o seguimos enquistados en un sistema político agotado estructuralmente.
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