Universidad de Colima se prepara a recibir estudiantes con alguna discapacidad

Entrevista con Fabiola Soto, responsable del área de Atención a la Discapacidad del Centro Universitario para el Bienestar Integral

Santiago Castañeda Ponce | Dimensión

En el reciente proceso de admisión a la Universidad de Colima, fueron 63 las y los aspirantes con alguna discapacidad, que hicieron su examen de ingreso; 33 para ingresar al nivel medio superior y 30 al nivel superior.

Entre ellos y ellas, se identificó que la baja visión fue la discapacidad más frecuente, seguida de la discapacidad motriz.

También hubo aspirantes neuro-diversos con alguna condición de autismo, de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o con hipoacusia.

Fabiola Soto Estrada, responsable del área de Atención a la Discapacidad del Centro Universitario para el Bienestar Integral (CUBI), comentó que esta cifra representa una oportunidad importante para la UdeC, en el tema de la capacitación de su personal, para que el ingreso, permanencia y egreso sea más justo y equitativo.

“Y de esta manera, ir eliminando las barreras, no sólo arquitectónicas, sino en los planes de estudio y de trabajo, en los niveles educativos”.

Además, comentó que el acercamiento con las y los jóvenes que presentan alguna discapacidad, “nos permite vislumbrar los grandes retos que esto trae, para las y los docentes, personal administrativo y de servicios generales, de mejorar el lenguaje.

Esto, erradicando los barreras de la interacción; el pensarlos también en un futuro, como profesionistas, habla de una universidad que se prepara para abrir y generar accesos que ayuden a formar una mejor sociedad”.

Explicó que cuando las y los aspirantes, se registran en el sistema, se les pregunta si tienen o no alguna discapacidad. Eso ayuda para contactar a los padres, madres o tutores y conocer más acerca de su condición,  con lo que es posible apoyarlos mejor.

En el proceso de admisión, a las personas con neuro-diversidad, se les acompañó con un psicólogo o psicóloga, por si en algún momento requerían de contención o presentaban un nivel alto de ansiedad.

En el caso de ceguera, el apoyo fue con la lectura del Examen Nacional de Ingreso (Exani), que está diseñado sólo para quienes pueden ver.

Sobre las y los estudiantes con hipoacusia, se les ubicó en espacios del aula, donde pudieron percibir mejor el sonido. Y en lo que respecta a la discapacidad motriz, según sus requerimientos, se les buscó apoyarlos, solicitando para ellos, la planta baja.

Para Fabiola Soto, un estudiante con alguna discapacidad “abre la oportunidad para el docente, de aprender; es complejo, porque damos por hecho toda la experiencia que tenemos como docentes, pero un estudiante así, nos viene a mostrar que todavía podemos aprender más.

Que no importa si tengo cinco años de experiencia docente o 25, siempre hay un momento para retomar lo bueno que se hace y adherirlo a una estrategia adicional, que me permita llegar ahora a otro grupo de estudiantes”.

Agregó que en la actual administración rectoral, “se están apuntalando iniciativas que garanticen que más jóvenes tengan la oportunidad de realizar una carrera, en el nivel medio superior y superior”.

En lo que respecta al trabajo del área de Atención a la Discapacidad del CUBI, comentó que el trabajo que se avecina “es la cercanía con los planteles, para un trabajo conjunto e integral, a favor de los y las estudiantes con alguna discapacidad.

Buscaremos a los y las profesionales, para asegurar el aprendizaje y generar estrategias de atención y acompañamiento a los y las jóvenes con alguna discapacidad, que estén en la UdeC.

También se creará un padrón de seguimiento de los estudiantes activos, con la identificación clara de sus necesidades. Posteriormente, haremos el acompañamiento con docentes y admirativos de cada plantel”.

Dijo que “una discapacidad, no nos va tocar la puerta, a ver si estamos listos; la discapacidad, en ocasiones, son circunstancias, son condiciones que se presentan y que no respetan tiempo, edad ni espacio.

El que sepamos que la institución educativa se suma al compromiso de mirar, acompañar y escuchar la necesidad de estas personas, y en la medida de las posibilidades atenderlas, es importante, porque de esta forma, armamos un red de apoyo más grande”, puntualizó.

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