Por mientras…

Carlos ROMERO TAPÍA/Analista deportivo

Pareciera que el deporte mexicano se midiera por el famoso y legendario quinto partido de la selección mexicana de futbol.

Lo malo es que es cada cuatro años la opción.

Mientras eso pasa, nada convence: Saúl Álvarez acaba de unificar cuatro títulos y se le pone peros.

Para muchos es más relevante hacer chunga de la corona que le pusieron en el ring que el título mismo.

¿Cuántas aficiones de boxeo en países darían por tener un peleador con estos números?, pienso en una, la de los ingleses. Le harían una recepción a Saúl como la que Brasil le hizo a Ayrton Senna.

Mientras México llega a su quinto partido, un piloto es ¡cuarto lugar de la clasificación mundial de pilotos!, pero siempre hay un pero…

Feministas le abortan el espectáculo porque no la dejan vender sus productos en el Metro.

Mientras esperamos el quinto juego, un pitcher llega a las 20 victorias en las Grandes Ligas. A Urías se le hace memes por su visión y se le da más relevancia a los comentarios del Ejecutivo Federal sobre el beisbol, deporte que este sexenio ha tenido hasta repulsión por el gusto del presidente.

Mientras llegamos al quinto juego, hay decenas de buenos resultados a nivel mundial: patinadores de hielo y velocidad, clavadistas, selección sub 23 de beisbol, ciclistas y para fortuna del deporte mexicano, varios ejemplos más.

Pero eso no basta.

Siempre hay un pero.

Siempre hay una crítica insulsa.

Paola Longoria puso una marca de victorias consecutivas en su deporte, pero, ¿a quién mierdas le importa el racquetbol?

Juro que en otro país, sería una estrella.

Ya nos acostumbramos a todo esto.

Pero no deja de llamar la atención.

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