Opinion

Paracaídas

La tumbada dirigencia de Morena en Colima

Rogelio GUEDEA

Desde aquel día en que el secretario de organización de Morena, Alan Soto, denigró a mi amigo y colega periodista Miguel Sánchez Romero, quien es crítico y perspicaz siempre, prácticamente diciéndole que era un bueno para recibir limosnas, me vinieron las ganas de decir dos o tres palabras con respecto a la dirigencia de Morena en Colima, cuya líder estatal (entre comillas, claro) es Mitzuko Márquez.

Para empezar, me extraña que siendo Morena la única esperanza ya de México la dirigencia estatal sea de tan bajo nivel y todo se reduzca para ellos a ser o guantes de la gobernadora o presidenta o pericos-loros, sin mostrar capacidad ni para ofrecer ideas innovadoras, ni rostros nuevos de nuestra rocambolesca realidad, ni mucho menos una agenda clara sobre los temas prioritarios de nuestra entidad.

Entiendo que como las dirigencias de Morena en los estados no sirven en realidad para nada, son un mero florero pues el poder real lo concentra la presidenta (a nivel nacional) o la gobernadora (a nivel local) pues igual da poner a quien sea, pero con esta dirigencia creo que sí se les fue la mano.

En todo caso, sirve mejor una grabadora que repita o reproduzca lo que diga la gobernadora o la presidenta, que lo hará incluso con mayor fidelidad, que dejar que la dirigencia de Morena lo haga tergiversando el mismo guion que terminan convirtiendo en puros escupitajos.

Ayer mismo, por ejemplo, tuvo que salir el ex gobernador Mario Anguiano a enderezarle la plana a la dirigenta estatal morenista por una información sesgada que soltaron a la audiencia pública.

Un poco antes, la propia Mitzuko, utilizando un lenguaje que más bien parece definirla a sí misma, dijo algo así como que un perro muerto podía reunir a más gente que la oposición.

No sé si la ofensa era para la oposición o para los perros que mueren, o para la gente que se reúne en torno a los perros muertos, pero en todo caso causa sorpresa que Morena censure los corridos tumbados y no haga lo propio con las metáforas perrunas de Mitzuko Márquez, que para el caso es lo mismo.

Lo que quiero decir es que después de todo esto se puede esperar cualquier cosa ya de la dirigencia morenista en Colima, hasta querernos convencer de que la violencia exacerbada de nuestro estado no existe, es una ilusión nuestra, y solo reina la puritita felicidad.

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