Irene Vallejo recibe Doctorado Honoris Causa por la UdeC
*“Para nuestra Universidad es un honor reconocer en este acto la gran sensibilidad, los méritos excepcionales, así como los aportes a la educación y las humanidades de la Doctora Irene Vallejo”: Christian Torres Ortiz, rector
Redacción – Dimensión
La mañana de este martes, la reconocida filóloga, escritora y periodista española, Irene Vallejo Moreu, en ceremonia solemne realizada en un Teatro Universitario lleno en su planta baja, fue distinguida con el grado de Doctora Honoris Causa por la Universidad de Colima, por sus contribuciones en la filología, la historia, la filosofía, la literatura y el alto compromiso con la difusión del conocimiento.
El reconocimiento lo recibió de manos del rector Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño. Esta celebración que se enmarca dentro de los festejos por el 84 aniversario de creación de nuestra institución.
En representación de Indira Vizcaíno Silva, gobernadora del estado, asistió Adolfo Núñez González, secretario de Educación y Cultura. Presenciaron el evento exrectores, funcionarias y funcionarios universitarios, representantes de distintas instituciones de Educación Superior, la comunidad universitaria y comunidad en general. El evento, además, fue transmitido por redes sociales y medios institucionales.
Irene Vallejo Moreu (Zaragoza, España, 1978), filóloga y escritora aragonesa, es considerada una de las voces más influyentes de la literatura contemporánea en lengua española. Su obra, dice la crítica, “que abarca desde novelas hasta ensayos, destaca por su capacidad para conectar el mundo clásico con el presente de una forma accesible y cautivadora.
Su obra más reconocida en el mundo es “El infinito en un junco”, por la cual ha recibido numerosos premios. Este libro ha sido traducido a decenas de idiomas. Su labor no se limita a escribir, sino que también incluye una intensa actividad de divulgación y participación en proyectos que promueven la lectura y el arte en entornos vulnerables.
Al dar la bienvenida a la homenajeada, el rector celebró y agradeció su disposición para aceptar este homenaje. “Nuestra comunidad ha encontrado en sus textos la feliz coincidencia de la erudición y la amenidad, que valora el trabajo emprendido para mostrar el origen del libro, de la escritura y la oralidad, como fuentes indispensables para el desarrollo del pensamiento”.
“Con su presencia -continuó- y el disfrute de su obra, pretendemos contagiarnos de su entusiasmo por el conocimiento, la lectura, la investigación histórica y mostrar lo aprendido, estableciendo un fructífero diálogo entre el pasado y el presente y convirtiendo la investigación rigurosa en relatos que abren nuevas puertas al razonamiento”.
“Para nuestra Universidad es un honor reconocer en este acto la gran sensibilidad, los méritos excepcionales, así como los aportes a la educación y las humanidades de la Doctora Irene Vallejo Moreu. Apreciamos su palabra hablada y escrita como un llamado a renovar la postura frente al pasado, mostrando la utilidad que guarda ésta para que las generaciones actuales aprendamos de todo lo positivo, y de lo negativo, evitar repetirlo”. Concluyó.
Juan Carlos Yáñez Velazco fue el encargado de dar lectura a la semblanza de la homenajeada. “Irene traspapela la lectura con la vida. Su obra borra las fronteras entre ambas. Es promotora de la palabra y los libros, pero también de proyectos sociales”.
Irene, agregó, “es maestra en contar historias en un libro, en una columna periodística, un discurso o una entrevista. Se dedica a lo que le apasiona desde niña: las palabras, la escritura, los relatos, los idiomas, los clásicos. Ella nos recuerda que leer es un acto de resistencia, una forma de mantener viva la llama de la curiosidad y la crítica. Sus palabras nos invitan a profundizar, a reflexionar y a cuestionar todo aquello que damos por sentado”.
Para terminar, dijo que “Irene Vallejo es más que una escritora, es exploradora de mundos perdidos, una guía que nos lleva de la mano por senderos de sabiduría; sus palabras nos inspiran a leer, a pensar y soñar”.
En su intervención, Irene Vallejo ofreció una conferencia sobre el origen del libro y la palabra. Inició en su infancia y terminó en el tiempo presente. “En mi infancia hubo un enigma: Los libros, allí, en el bosque y en los misterios del asombro de la infancia, nació una profunda curiosidad por la escritura como invención. Escribir, leer y poseer libros son hechos tan cotidianos que, cegados por la costumbre, ya no nos maravillamos”.
Vallejo hizo un recorrido por el origen de la escritura y la palabra y la lectura, desde los primeros trazos simples que intentaban decir algo, pasando por los símbolos y las pinturas, hasta llegar a la invención de alfabetos. “Los invito a viajar conmigo a un mundo antes de está invención, donde la aurora del lenguaje nos remonta a una antigüedad de más de 350 mil de años. Sin embargo nuestros antepasados sapiens desarrollaron la escritura hace apenas unos pocos miles de años; por tanto, la humanidad tiene un 99 por ciento de prehistoria y un uno por ciento de historia escrita”.
Citando al bibliotecólogo Venezolano Fernando Báez, Irene Vallejo resaltó que los libros y las bibliotecas “son trincheras de la memoria, base de la lucha por la equidad y la democracia; son emboscadas contra la impunidad, el dogmatismo, la manipulación y la desinformación. ha de ser por eso que han incomodado y siguen estorbando tanto a los poderosos, que las destruyen o las arruinan o, lo que es peor, las vuelven inaccesibles”.
En un momento de su conferencia, habló de cómo, en los tiempos de la conquista, los españoles se dedicaron a quemar los códices de las culturas que entonces se extendían por lo que ahora es México. Llamó a ese acto: “uno de los capítulos del libro de la infamia”.
El libro, resaltó, es de las pocas creaciones que surgieron de manera independiente en culturas muy alejadas una de la otra. Aseguró que los libros tienen una energía, una especie de espíritu o de dios que los habita. Tal vez por eso, agregó, causa tanto horror su destrucción. En una metáfora afortunada, dijo que las palabras “son una idea que tuvieron los antiguos para dibujar el pensamiento”.
Para concluir, dijo que es en las universidades donde se protege y se expande el legado de los libros y la cultura, “donde el debate y la conversación con los libros amplía nuestros horizontes, donde el quehacer cotidiano es talismán contra el olvido y donde el alma de los libros se torna alma mater”.
“Aquí en la Universidad de Colima sigue vivo el anhelo milenario de esos dibujantes de sueños de proteger nuestras mejores ideas, nuestras mejores historias, de la feroz tiranía del olvido. Celebremos estos cofres de palabras que nos volvieron más memoriosos, menos desvalidos, más sabias y sabios”.
Adolfo Núñez, secretario de Educación y Cultura, al dirigirse a la homenajeada señaló: “Apreciamos el gran respeto que tiene por la literatura. Sus palabras quedarán guardadas como un gran registro que seguramente estimulará a las y los estudiantes colimenses y a la sociedad en general, amantes de la lectura, la escritura y las letras”.
Dijo que esta ceremonia “es un acto de gran dimensión académica y de justicia a quien ha destacado toda su vida a la lectura, la creación literaria y la promoción del libro. Es un gran ejemplo a seguir por las niñas y niños de hoy”.
“La obra de Irene Vallejo es reconocida con gratitud por el pueblo colimense y su comunidad universitaria. El doctorado Honoris Causa se engrandece por la calidad humanística de la gran filóloga y enorme promotora de la lectura; muchas gracias, doctora, por compartir el enorme e intenso amor por la literatura, gracias por toda la aportación que hace usted a la humanidad”.
El momento artístico estuvo a cargo del Ballet Folclórico de la Universidad de Colima y del Mariachi Universidad de Colima.