Hemos estado equivocados sobre la Gran Mancha Roja de Júpiter

La Gran Mancha Roja de Júpiter podría no ser el mismo objeto que visualizaron los primeros astrónomos que investigaron el planeta gigante en siglo XVII

La Gran Mancha Roja de Júpiter no es tan longeva como los astrónomos creían. Una reciente investigación publicada en la revista Geophysical Research Letters revela que la formación arremolinada, con un diámetro de 16,000 kilómetros, tiene aproximadamente 200 años. Esta nueva información contradice las observaciones que el célebre astrónomo Giovanni Cassini hiciera en el siglo XVII.

Cassini estudió Júpiter en 1665. En su documentación dibujada se observa una importante formación nubosa que sobresale entre las franjas del planeta gaseoso. El científico se refirió a ella como la ‘mancha permanente’. Investigaciones posteriores confirmaron que Júpiter alberga un remolino rojo tan grande que podría contener 1.3 planetas como la Tierra. Hasta ahora, la comunidad científica asumía que los dibujos de Cassini y las observaciones de telescopios espaciales, como el James Webb, representaban el mismo fenómeno.

Sin embargo, la investigación del científico Agustín Sánchez-Lavega, de la Universidad de Bilbao, sugiere que no pueden ser la misma mancha. La formación que Cassini vio habría desaparecido en algún momento entre los siglos XVIII y XIX. Luego, una nueva tormenta colosal apareció en la misma latitud y ha ido perdiendo tamaño gradualmente. La Gran Mancha Roja contemporánea tendría solo 190 años desde su formación.

UNA TORMENTA QUE ACELERA MIENTRAS SE ENCOGE

Para llegar al controversial resultado, el científico español y su equipo simularon el comportamiento del vórtice joviano por medio de modelos numéricos en supercomputadoras. Para obtener los datos más precisos, Sánchez-Lavega acudió a los diferentes registros de la mancha de Júpiter durante cientos de años, incluidos los de Cassini.

Gracias al trabajo conjunto de astrónomos a lo largo de la historia, se sabe que en 1879 la Gran Mancha Roja era un óvalo de 39,000 kilómetros en su eje más largo. Sin embargo, a lo largo de dos siglos, el fenómeno atmosférico se redujo a más de la mitad de su tamaño original mientras que su forma se ha vuelto más redondeada. Dada su complejidad climática, la longevidad y permanencia de la tormenta no pueden determinarse de manera simple.

“Las simulaciones numéricas descartan que la Gran Mancha Roja se formara por la fusión de vórtices o por una supertormenta. Lo más probable es que se creara a partir de una perturbación en el flujo entre los dos chorros zonales jovianos opuestos al norte y al sur”, explica el artículo.

La anomalía en el flujo de los chorros de viento en Júpiter dio origen a una “proto Gran Mancha Roja” con un giro que se acelera con el tiempo. Este proceso habría tomado solo un par de siglos. Por lo tanto, el estudio sugiere que la observación de Cassini debió referirse a otro objeto que se formó, aceleró, redujo su tamaño y finalmente desapareció.

Según los últimos análisis, los vientos en la periferia de la Gran Mancha Roja avanzan a 450 kilómetros por hora. Para ponerlo en perspectiva, la mayor tormenta registrada en la Tierra reportó vientos de 350 kilómetros por hora. El remolino de Júpiter muestra su característico color rojo debido a la interacción de sus gases atmosféricos con la radiación solar.

Giovanni Domeni Cassini fue un prolífico astrónomo y destacado investigador de la naturaleza del sistema solar. Además de sus observaciones a Júpiter, obtuvo el primer cálculo de la distancia entre la Tierra y el Sol ajustado al valor más exacto disponible. También descubrió que los anillos de Saturno estaban separados y vio por primera vez la luna Jápeto.

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