¿Qué viene?

Curioso

Sean Osmin HAMUD RUIZ

31 de marzo 2024. Cumplo 50 años. Mis hijos me aman, mi madre y mi esposa me aman, mis hermanos me aman. Tengo amigos que me quieren y aprecian. Mantengo mi fe en Dios. Nada me falta.

Vas manejando tu coche, con mucha prisa por llegar. Te metes en sentido contrario como un atajo, no traes cinturón de seguridad puesto, haces memoria y recuerdas que tu licencia de conducir está vencida. Llegas al crucero donde tienes que dar vuelta, el semáforo cambia a rojo, no te importa y sigues (traes mucho, mucho apuro). Diez metros adelante, un policía de tránsito te hace una señal para que te detengas. A regañadientes te paras, el oficial ya trae en mano el block de multas, llega contigo a quererte explicar tu situación y muy lejos de aceptar los errores cometidos, comienzas una alegata infernal, porque según tú mereces llegar a tiempo a tu destino, pues nada hay más importante. Si para ello tuviste que romper un montón de reglas, pues ni modo, que alcances tu destino claro que puede estar por encima de cualquier reglamento.

La multa todavía no la elaboran, no han hablado a la grúa para que te recoja el coche, no te han pedido que te bajes de tu vehículo y sin embargo comienzas a argumentar que te están coartando tu derecho al libre tránsito, sientes que te discriminan y gritas desesperadamente que estás siendo violentado.

Por supuesto que alrededor la gente, ante el argüende, se acerca a mirar y a pesar de no tener todo el contexto, unos te defienden, otros te atacan, algunos más suponen de antemano un abuso de autoridad.

Un carnaval.

Lo inteligente es que, si querías llegar lo antes posible a ese lugar, podrías haber salido un poco más temprano, verificar el camino más corto, asegurarte que tus papeles están en regla, en fin, comportarte civilizadamente pues.

Por otro lado, ya en el error, en lugar de la palabrería con el oficial, lo conducente sería recibir la multa correspondiente y ante ese acto de autoridad, acudir al superior a argumentar a tu favor para que la anulen. Y esperar que esa instancia de mayor rango, con el reglamento y los hechos en mano, dirima quién puede tener la razón.

Pero la razón no es lo tuyo. Crees que con escándalo y artimañas puedes saltar las reglas y ponerte ahí a donde quieres llegar, ya sea tu cita médica, ya sea tu candidatura a la presidencia municipal. CURIOSO.

MICROCUENTO

Canas, check. Calvicie, check. Rodilla tronadora, check. Medio siglo. Suena místico y así me siento. Un mago encontrando la felicidad en la vida de mis hijos, en el amor que siento por mi esposa, en el cariño incondicional e inmenso de mi madre y sus pinturas. Voy bien.

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