¿Qué viene?
Sostenible
Sean Osmin HAMUD RUIZ
¿Usted respira todos los días más o menos 20 veces cada minuto? ¿viste ropa hecha con algodón o poliester? ¿su estufa quema gas lp? ¿su casa utiliza energía eléctrica de la que produce y distribuye CFE? ¿se traslada de un lado a otro en algún tipo de vehículo automotor? ¿adquiere sus alimentos en algún mercado o auto servicio? Si contestó sí a dos o más preguntas, lamento informarle que usted contamina el medio ambiente de manera continuada, seria y en la mayoría de los casos, con consecuencias a largo plazo.
Si gusta de autodenominarse ambientalista o ecologista, el primer compromiso que debiera adquirir es el de revisar sus hábitos y su huella de carbono.
Desde que la humanidad decidió pasar de nómada a sedentaria, se ha dedicado a explotar el medio ambiente sin mucho escrúpulo. Por supuesto que vivimos un punto crítico donde se tienen que cuidar todo tipo de actividades humanas, regularlas considerando la ecología, exigir acciones compensatorias a todos los niveles y mantener una estricta supervisión para que todo lo anterior también se convierta en un hábito que vaya ayudando a recuperar en entorno que tanto hemos maltratado.
Pero a veces las buenas intenciones se malgastan escogiendo enemigos entre imaginarios e inexistentes.
Proyectos de inversión tan estratégicos e importantes como la nueva planta de licuefacción de gas natural en Sonora son un ejemplo de que industria no necesariamente está peleada con medio ambiente. El capital destinado, proveniente todos y cada uno de los dólares de la iniciativa privada, es enorme, 13 mil millones de dólares; la capacidad de reconversión del estado gaseoso a gas natural licuado no tiene precedente, dos mil millones de pies cúbicos de gas; una extensión bastante considerable, más de cuatrocientas hectáreas; con una ubicación que a nivel mundial se considera el acuario del mundo, el Mar de Cortés; todo ello apoyado por el gobierno federal, dicho por el propio presidente de la república, y con el reconocimiento por la gestión y trabajo del gobernador de Sonora, quien se convirtió en el principal impulsor y gestor, para que estos recursos aterrizaran en su estado, esto igualmente reconocido por el mandatario, quien apoyó al 100%. (Más información, consultar el siguiente link: https://youtu.be/-uEeiwa2Lwc?si=_XeerERJ9_1jUVb3 )
¿Esta instalación tendrá algún impacto ecológico en su entorno de construcción? Sin duda, pero seguro estoy que cumplirá al mismo tiempo con todos los estándares que la misma autoridad pide, incluso los más estrictos internacionalmente hablando. Habría que revisar si la planta termoeléctrica en Manzanillo también los cumple. Anticipo la respuesta, no, no los cumple cuando se consume combustóleo (que es como quemar llantas) para producir energía eléctrica. Ahí hay un buen motivo qué pelear para los grupos ecologistas locales, más allá del proyecto de la planta productora de fertilizantes, que hasta el día de hoy no ha provocado ningún daño y que seguramente en su planeación no pretende hacerlo.
Me pregunto qué sería mejor. Pelear que no se ejecute una inversión de este tamaño por temor al impacto en el medio ambiente, o trabajar en conjunto para que se instale cumpliendo estrictamente con todos los requerimientos nacionales e internacionales de cuidado e impacto en el entorno y además buscando que el efecto de esta planta también beneficie realmente su entorno social, todo con vistas a que sea auténticamente SOSTENIBLE.
MICROCUENTO
Miro de un lado a otro, con incontrolable frenesí. Siento como el escalofrío recorre mi espalda, sabiendo que tengo que actuar rápido. Ideas e imágenes se me agolpan en la cabeza y queriendo ordenarlas solo consigo desorientarme más. El miedo me vence. Me prometo que esto no puede volver a ser. La siguiente ocasión me tengo que obligar a saludarla.