Pupitre al Fondo

Leamos: Blanca, la paloma

Blanca F. GÓNGORA

Es inicio de año y quiero  invitarlos a que hagan de  este 2024  el año en que más lean. Leamos  solos, o en familia, o con los maestros, en silencio, en voz alta, en digital, en papel, como sea. Mi primera recomendación del año es el libro de Alberto Llanes titulado “Blanca, la paloma”. Es un cuento para chicos y grandes y una excelente opción para disfrutarse en primaria y secundaria, además está disponible de manera digital y gratuita en el catálogo de publicaciones en línea de la Universidad de Colima así que menos pretexto para no leer pues todos podemos acceder a él, lo que es una buena oportunidad para que  los docentes y alumnos lo disfruten juntos.

El libro  fue publicado  en 2023, es decir, huele a nuevecito todavía. El título me gustó mucho porque vi mi nombre ahí, sí,  la paloma se llama como yo y quise conocer a mi tocaya y me causó una grata impresión.  Creo que a todos nos gusta ver nuestro propio nombre plasmado en un título de un libro, no es muy común que suceda, así que cuando esto pase no lo dejen ir.

Blanca, la paloma, es una palomita valiente, es la quinta hija de un par de palomos enamorados que viven en la catedral de Colima, en el mero centro donde muchas cosas suceden. Blanca, la paloma, es una palomita linda y con un corazón muy fuerte, pero con una patita mala, una patita que no se le alcanzó a desarrollar del todo, lo que la hace ser diferente a las demás e incluso un poco incomprendida, como suele suceder a las personas que sufren alguna discapacidad. Esta palomita fue primero rechazada por sus propios hermanos, sobreprotegida por sus papás, pero al mismo tiempo fortalecida y guiada por su mamá para romper sus miedos. Blanca, la paloma, sufre acoso, pero sobrevuela su problemática y vuela y viaja y vive superando retos y reponiéndose a las duras pruebas que la vida misma siempre nos trae.

Me gusta que gran parte de la historia suceda en  el centro, en la  Catedral,  es un punto estratégico porque todos sabemos que en las iglesias y jardines principales de nuestros pueblos y ciudades siempre hay palomas, entonces es muy fácil situar nuestra imaginación, o la de nuestros alumnos  ahí,  y mientras lean el cuento o cuando  terminen de leerlo,  todas las palomas que encuentren en Catedral (o iglesia que escojan en su imaginario) las sentirán familia de nuestra querida Blanca, la paloma del cuento de Llanes, como ahora me pasa a mí.

Es un cuento muy bonito con un buen mensaje para niños y jóvenes y con mucho sentido del humor también para los papás de esos niños y jóvenes. Es un cuento breve que incluso  se puede leer en voz alta, se disfruta también así.  Juro que no les va a enfadar, además,  las ilustraciones hechas por  Alfonso Cabrera son realmente tiernas.

Leamos “Blanca, la paloma”, volemos con ella y volvámonos solidarios con todos aquellos que algo les falte o incluso con los que aparentemente lo tengan todo porque nadie en realidad sabemos qué tan difíciles son sus vuelos.

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