¿Qué viene?

Sean Osmin HAMUD RUIZ

Devastación

En días pasados muchos cacarearon desde el gobierno federal un dato que confirmaba, en sus pensares, todo el objetivo de esta pretendida cuarta transformación.

Con un impactante dato de casi 9 millones de mexicanos menos instalados en ser pobres, se hizo toda la algarabía posible para destacar esta información y gritar a los cuatro vientos que se estaba cumpliendo con el mantra sagrado “primero los pobres”.

El detalle es que la acción que sustenta este hecho desde lo interno de nuestro país es la transferencia directa de recursos del estado a la población en general, a través de los programas sociales. La cantidad de dinero (un poco más de 700 mil millones de pesos en 2023) que se ha venido distribuyendo, sumado al factor externo de las remesas extranjeras (más de 51,000 millones de dólares el 2022). Esta información es la columna vertebral de este “logro”

Pero, desafortunadamente, para que el gobierno federal haya podido tener los recursos líquidos para regalar ha echado la mano a todo. Fideicomisos, fondos estabilizadores, constricción en los presupuestos de salud, educación, nómina, papelería, tóner para impresión, hojas de papel bond, etcétera. Y para el próximo año quiere aumentar casi un 20% ese dinero líquido a repartir.

Las remesas no las controlamos desde acá. Habrá que cruzar los dedos para que esos dólares sigan llegando a familias en necesidad y no que sea lavado de dinero, como se ha llegado a especular.

Entonces, vía el presupuesto que se tendrá que aprobar en próximos días, quedamos que va un 20% más respecto a lo que se gastará en el año y con un estimado de crecimiento en la economía del 3.5% y un aumento que le dicen histórico de recaudación del 14.4%. Es importante puntualizar que este incremento depende de que el dato de vitalidad económica se dé.

Caprichosa la economía como es, eso nos lleva a pensar en qué sucedería si el optimismo numerológico no se consigue. No hay nada que nos indique que habría un ajuste o recapitulación en estas intenciones, menos cuando en los criterios económicos de hacienda nos dicen que el déficit será del 5.4% del PIB, dato que no era tan alto desde 1988. Si algo no sale bien, no importa, nos endeudaremos.

Y así es como seguiremos en este doloroso camino de DEVASTACIÓN.

MICROCUENTO

La convicción es tan añeja y profunda, que claro que creé. Y su elocuencia casi convence a propios y extraños. Lo malo es que nada asegura y pide investigaciones expertas. Pero difícilmente acudirán a su auxilio. Su pelota si rompió la ventana.

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