La extraña manera en que nuestros desechos están matando a los corales

Las aguas residuales alimentan la proliferación de algas que terminan por asfixiar los arrecifes. Una mejor ingeniería y un ejército de peces graciosos pueden venir al rescate

Redacción – Dimensión

¿Sabes cómo se construyen las playas de Hawái?

El pez loro, con su boca llena de dientes en forma de pico, parece a primera vista el animal más ridículo de los arrecifes de coral de Hawái. Pero los arrecifes no serían lo mismo sin este animal, que mordisquea las algas de crecimiento rápido de los corales. Este pastoreo marino permite que la luz solar llegue a las algas simbióticas que viven dentro de los pólipos de coral, permitiéndoles así producir energía. En el proceso, el pez loro roe parte del esqueleto de carbonato de calcio del coral y lo expulsa en forma de arena, unos 800 kilos al año por pez. Y así es como se construyen las famosas playas de Hawái.

LOS RESIDUOS DE LA HUMANIDAD ESTÁN ACABANDO CON LOS CORALES

Pero esta intrincada relación entre las especies de los arrecifes se ve ahora amenazada por los residuos humanos. Las ciudades hawaianas cuentan con una infraestructura centralizada de tratamiento de aguas residuales, pero el estado también tiene unos 88,000 pozos ciegos, que vierten fácilmente las aguas residuales al mar. Además, los fosos sépticos retienen los desechos humanos sólidos, pero liberan un líquido rico en nitrógeno.

Todo esto estimula las algas; es similar a la forma en que el escurrimiento de las granjas que utilizan fertilizantes nitrogenados puede causar floraciones en los cursos de agua cercanos. Entonces, si no hay suficientes peces herbívoros en la costa hawaiana debido a la sobrepesca, no hay nada que mantenga a raya la materia verde. Asfixia a los corales, privándoles de energía, e impide que las crías de coral se arraiguen.

Este ecosistema ya está amenazado por el aumento de la temperatura del océano. Cuando los corales se estresan, liberan las algas simbióticas que les dan energía y color. Este fenómeno se denomina blanqueamiento.

En un artículo publicado hoy en la revista Nature, los científicos muestran cómo los peces herbívoros y las aguas limpias mantienen el equilibrio de este sistema. Utilizando casi dos décadas de datos, demostraron que los arrecifes hawaianos sanos, con aguas más limpias, abundancia de peces loro y otros peces “raspadores”, se defendieron mucho mejor durante una feroz ola de calor marino que los arrecifes con menos peces raspadores, más aguas residuales humanas y otros tipos de contaminación costera. El modelo de los investigadores sugiere que si se reducen las amenazas humanas en tierra y mar, en lugar de limitar el daño a una u otra, los corales y sus parientes tendrían entre tres y seis veces más probabilidades de volver a crecer cuatro años después de una perturbación como una ola de calor.

“Incluso con una ola de calor severa en 2015, el 20% de esos arrecifes que estaban en aguas más limpias con los peces herbívoros no solo superaron el calor, sino que algunos mejoraron”, según el ecólogo de la Universidad Estatal de Arizona, Greg Asner, coautor del estudio, y quien dirige el proyecto de cartografía de arrecifes, Allen Coral Atlas. “Hay vastas áreas con el mismo problema en todo el planeta. Lo que significa que, mientras nos centramos en los efectos del cambio climático sobre los arrecifes de coral (cosa que debemos hacer, y no me malinterpreten, es fundamental), el otro problema que está acabando con los arrecifes son las aguas residuales y la contaminación costeras. Es un problema global, sin duda”.

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