¿Qué viene?

Sean Osmin Hamud Ruiz

Dialéctica

Cuando los primigenios grupos humanos comenzaron el camino a convertirse en sedentarios y se toparon con la realidad de que había que diseñar, aceptar e implementar ciertos lineamientos que dieran orden y disciplina a esta incipiente sociedad, era evidente que el concepto y forma de autoridad también debía estar claro, sobre todo en definir quién sería el encargado de administrar este aspecto indispensable de convivencia y entonces también se comenzó a trabajar en crear sistemas de gobierno.

Con el antecedente y contexto anteriores, en la medida que cada grupo asentado creció en integrantes y por tanto en necesidades y al mismo tiempo problemas, estas formas de autoridad/gobierno adquirieron tamaño, capacidad de influencia y sofisticación.

Las grandes ciudades y sociedades se vieron en la necesidad de establecer sistemas políticos que contemplarían burocracia, congresos, partidos políticos, etcétera.

Y entonces, nos clasificamos entre ciudadanos políticos y no políticos. Y nos pasó que la gran mayoría no política descansó la responsabilidad y el trabajo que implica la toma de decisiones en materia de administración pública, seguridad, redistribución de la riqueza…

Y nos dimos cuenta que se enquistaron pequeños grupos que, al estar a cargo de estas grandes tareas, se acomplejaron sintiéndose superiores, creyendo merecer canonjías y privilegios por encima del resto. Corrompieron su vida cínicamente.

Y los demás tomamos nuestra butaca contemplativa. Eventualmente hay rechiflas desde esta tribuna, pero prácticamente nadie de esta audiencia brinca a la cancha para intentar corregir el juego.

Cada nueva elección de representantes y mandatarios se vuelve a poner sobre la mesa la indispensable participación de la sociedad en su conjunto, que muchos creen que ejerciendo el voto cumplen de manera suficiente con este compromiso. Pero no. Hoy realmente estamos atravesando una situación que para resolverse desde la complejidad que ha conseguido no transitará hacia verdes pastos si no participamos la gran mayoría. Hay que involucrarse en la definición de candidaturas, en la elaboración de planes, en la toma de decisiones.

Espero en verdad que tomemos conciencia y que de algo sirva toda esta DIALÉCTICA.

MICROCUENTO

Rebusco en mis recuerdos, en mi memoria. La relevancia de ese dato que se revuelve y escabulle comienza a resultar en desesperación. Me cuesta trabajo admitir tal nivel de distracción. Quiero justificarlo con la edad. El tiempo sigue transcurriendo y mi conciencia de tener que resolver este entuerto casi resulta asfixiante. Y sin embargo, no lo consigo. No se dónde dejé las pinches llaves.

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