Metro de Nueva York se cae “a pedazos” y está en crisis financiera
El Metro de Nueva York se encuentra en una situación caótica, enfrentando problemas financieros, operativos y de infraestructura que están afectando a millones de usuarios diariosd de la Gran Manzana.
La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), tanto del metro como del autobús, anunciaron hace unas semanas el aumento en el precio de sus tarifas de poco más del 5%, que se implementará en septiembre próximo, alzando el costo del boleto del Metro de 2.75 a 2.90 dólares (de 47 a 50 pesos mexicanos), sin embargo, este aumento no será suficiente para solucionar los problemas financieros a los que se enfrenta el ‘Subway’.
Los ferris, que conextan los barrios de Queens y Brooklyn con Manhattan, son los que más han sufirdo un aumento en el precio de sus tarifas, costando el boleto de 2.75 a 4.00 dólares (de 47 a 69 pesos mexicanos) por trayecto. También se espera un aumento en los precios de la Metrocard, la tarjeta de transporte para usar el Metro y el autobús en la Gran Manzana.
La pandemia de covid-19 ha dejado un enorme déficit en las finanzas de la MTA, reduciendo drásticamente el número de usuarios del transporte público. Además, el MTA se ga vuelto disfuncional y caótico, lo que agrava aún más la situación financiera de la organización. Además, se han estados registrando un aumento de casos de violencia dentro del sistema.
Durante la pandemia, muchas personas en Nueva York optaron por utilizar medios de transporte alternativos, como bicicletas y monopatines. Además, el trabajo desde casa vació gran parte de las oficinas en Manhattan, lo que redujo aún más la demanda de transporte público. Aunque la ciudad comienza a recuperarse, el uso del transporte público sigue siendo menor al de antes de la pandemia.
El transporte público de Nueva York enfrenta un déficit estructural recurrente de 2 mil 500 millones de dólares, cubierto por ayudas federales hasta 2024. Sin embargo, se estima que para 2025, este déficit podría alcanzar los 3 mil millones de dólares.
Tan han sido las fallas que los trenes están siendo operados de manera manual, lo que dificulta la eficiencia y la puntualidad del servicio. Los maquinistas deben informar sobre incidencias a través del megáfono y la circulación de trenes es aleatoria, lo que provoca que se salten estaciones frecuentemente.
A su vez, el sistema de autobuses en Nueva York es considerado el más lento de Estados Unidos, con una velocidad promedio de apenas ocho millas por hora (aproximadamente 13 kilómetors por hora). En zonas periféricas, como algunos barrios como el de Queens, la frecuencia de los autobuses es muy baja, llegando a circular solo uno por hora.
Danny Pearlstein, vocero de Riders Alliance, un grupo de defensa de transportistas, dijo que un aumento de tarifas era inevitable, pero instó al alcalde Eric Adams a ampliar la elegibilidad para el programa de tarifas justas de la ciudad, es decir, que existan precios preferenciales para los neoyorquinos de clase baja.
“Los pasajeros necesitan que nuestro alcalde intervenga para ayudar a los menos capaces de pagar la caminata”, dijo Pearlstein.
El ‘Subway’ ha tenido problemas financieros desde la década de 1970, cuando la ciudad de Nueva York se declaró en bancarrota -y que esa crisis desató los altos índices de criminalidad- en esa época exacerbó la miríada de problemas causados por el deterioro de la infraestructura del sistema.
Para ayudar a evitar una mayor decadencia, los legisladores se movieron en la década de 1980 para permitir que la autoridad emitiera bonos, pero la deuda de la agencia se ha disparado desde entonces y los gastos han superado los ingresos. La junta de autoridad espera celebrar audiencias públicas sobre la propuesta el próximo mes y votarla en julio.