Papa insta a recuperar el “alma europea” ante crisis migratoria y el nacionalismo

El Papa Francisco, al iniciar un viaje a Hungría, advirtió el viernes de manera tajante sobre los peligros del creciente nacionalismo en Europa y le dijo al gobierno de Budapest que aceptar migrantes junto con el resto del continente sería una verdadera señal de Cristiandad. En un discurso contundente ante los líderes gubernamentales, incluido el primer ministro Viktor Orban, quien ha tenido una serie de roces con la Unión Europea, Francisco también instó a rechazar las “formas autorreferenciales de populismo” y los intereses estrictamente nacionalistas.

Francisco pidió un regreso al “alma europea” imaginada por quienes sentaron las bases para la Europa moderna después de la Segunda Guerra Mundial, diciendo que las naciones tenían que “mirar más allá de las fronteras nacionales”. Hablando el día en que Rusia golpeó a Ucrania con los primeros ataques aéreos a gran escala en casi dos meses, Francisco hizo otro llamamiento para poner fin a la guerra allí, pidiendo “esfuerzos creativos por la paz” para ahogar a los “solistas de la guerra”.

La visita de tres días es el primer viaje del Papa de 86 años desde que ingresó al hospital por bronquitis en marzo. Con aspecto alegre, Francisco, que tiene una dolencia en la rodilla, usó un bastón para caminar dando la bienvenida a dignatarios y niños vestidos con trajes nacionales en el aeropuerto. En llegadas recientes, usó una silla de ruedas.

Cuando los periodistas le preguntaron sobre su salud en el vuelo desde Roma, el Papa bromeó y dijo que “todavía estoy vivo” y que “las malas hierbas obstinadas nunca mueren”. Francisco mantiene la promesa de una visita oficial a Hungría después de una parada de solo siete horas para cerrar un congreso de la Iglesia en Budapest en 2021 en su camino a Eslovaquia que dejó a muchos sintiéndose menospreciados.

Orban, de 59 años, y el Papa tienen puntos de vista diferentes sobre el manejo de la migración de Medio Oriente y África a Europa, y Francisco cree que los migrantes que huyen de la pobreza deben ser bienvenidos. El líder del partido ultranacionalista Fidesz, cuyo gobierno construyó una valla de acero en la frontera con Serbia para evitar la entrada de migrantes, se ha negado a permitir que Hungría se transforme en un “país de inmigrantes” como dice que se han convertido otros en Europa.

Pidió a Francisco en 2021, durante la última visita del Papa, “que no deje perecer a la Hungría cristiana”. En su discurso en el palacio presidencial con vistas al río Danubio, después de reuniones privadas separadas con el presidente Novak Katalin y Orban, Francisco citó a San Esteban, el fundador de la Hungría cristiana en el siglo XI.

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