¡Mujer, no te olvides de ti!

Cristina Elizabeth Díaz Morales

Nacer como mujer, implica llevar una serie de etiquetas que la sociedad, la carga genética y cultural, han impuesto con el paso del tiempo y a través de las generaciones; desde niñas nos “educan” para atender, servir, cuidar, criar, para ser una “buena mamá”, una “buena esposa”, una “buena hija”, anteponiendo nuestros intereses personales por los demás y por cumplir expectativas de otros.

Como mujer, muchas veces creemos que debemos “cumplir” todas esas etiquetas, todos esos roles y dejamos de lado nuestros sueños, lo que realmente queremos ser y hacer, al punto que nos olvidamos de nosotras mismas, nos abandonamos y nos apagamos poco a poco, hasta llegar a vivir para complacer a los demás, sin brillo, sobreviviendo y no viviendo.

Pero desempeñar esos roles, no quiere decir que debemos abandonarnos, que debemos olvidar que somos mujeres, que debemos brillar independientemente del lugar en el que estemos, que debemos vivir con plenitud, con luz y brillo propio, por el contrario, debemos aprender a encontrar el equilibrio, sin miedo a ser juzgadas, señaladas o criticadas, porque otras mujeres nos abrieron camino para lograrlo.

De acuerdo con la experiencia de Malú Manzano, las tres causas más comunes por las cuales las mujeres nos autobandonamos son: por cuestiones culturales, por no tomar conciencia de las situaciones que nos funcionan, es decir, por resistirse al cambio y por complacer a los demás.

Para Malú Manzano, especialista en acompañamiento emocional, el autoabandono está totalmente ligado al tema de la autoestima, es decir, entre menos me acepto, más me abandono, entre menos me quiero, me permito irme olvidando de mí.

“Somos una generación de muchísimos cambios, nuestras madres y nuestras abuelas tenían más arraigada esta creencia de ser buenas esposas, buenas mujeres, y dejarse al último, sin embargo, las nuevas generaciones, tienen un chip muy diferente en donde están rompiendo con el esquema que por generaciones veníamos cargando”.

La terapeuta consideró que, como mujeres, tenemos el reto de digerir lo que se nos ha dicho, transformarlo y decidir que sí podemos volver heredar a nuestras hijas y nuestros hijos. Destacó que es necesario cambiar la manera en que las mujeres vemos la vida, cuidarnos, ampararnos con responsabilidad.

“En terapia, con mis pacientes, me puedo dar cuenta que cuando una persona se abandona así misma, se debe en la mayoría de los casos a que olvidamos que somos adultas, y lo que se debe hacer es conectar y recordarnos que somos adultas y como tal, tenemos la capacidad de elaborar estrategias que en el presente me permiten cuidarme”, precisó.

“No tienes que darte cuenta de todo, no tienes que ser súper madre, súper esposa, súper mamá, súper ama de casa, súper profesional, súper mujer, solo ser súper tú”

Malú Manzano

Se requiere valor para vivir la vida que queremos, para romper con esquemas generacionales y sobre todo, para reeducar a quienes están a nuestro alrededor, se puede comenzar a tomar las riendas de nuestras vidas con acciones sencillas, como tomarnos un tiempo para nosotras mismas y hacer lo que más nos guste sin culpa, sin miedo, sabiendo que merecemos tiempo y amor, dejando de lado esa falsa creencia de que eres egoísta por pensar en nosotras mismas.

No importa si por preparar un desayuno a tus hijos, como aprendiste de tu mamá, te digan que eres una mamá tradicional, si eso te hace feliz, porque seguramente también te hace feliz poder viajar sola, poder desempeñar el trabajo de tus sueños, si disfrutas estar en tu hogar, si disfrutas de una tarde con amigas, si disfrutas de una tarde con tus hermanos, si disfruta el equilibrio en cada etapa de tu vida.

¡Y por favor, mujer, no te olvides de ti, no te olvides de brillar!

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