¿Qué viene?

Espectáculo

¿Va a servir de algo el despliegue de la Guardia Nacional a lo largo y ancho de las estaciones del Metro de la CdMx?

¿Será que han servido los destacamentos distribuidos por todo el territorio mexicano para la contención de la violencia?

¿Ha sido su intervención en materia migratoria un factor inhibitorio o eficaz para contener los ánimos migratorios de los hermanos centroamericanos?

¿El cambio conceptual, la transformación de Policía Federal a GN, nos tiene con carreteras mejor vigiladas, con buenos índices de prevención de accidentes carreteros o al menos con una mayor recaudación a través de multas?

La respuesta, tristemente, a todas las preguntas anteriores, no da esperanza. El costo de ese cuerpo de seguridad simplemente se convierte en gasto inútil, no aporta ninguna rentabilidad respecto a su objetivo, que a la letra de su manifiesto creador dice “realizar la función de seguridad pública a cargo de la Federación”.

34 mil 500 millones de pesos para este 2023.

El programa de vacunación de este mismo año tiene una bolsa un poco mayor a los 14 mil millones para inocular de todo lo que se necesite a los aproximadamente 125 millones de habitantes del país. Para toda la educación superior pública, se destinarán 49 mil y pico de millones. Cero pesos para escuelas de talentos. Cero pesos para estancias infantiles.

¿Esos treinta y cuatro mil millones es mucho o poco? Esa no es la pregunta que importa. La cuestión toral es ¿sirve o no sirve gastarlos?

A nuestro estado han llegado cientos de elementos de este cuerpo cuasi-castrense para, dicen, reforzar los trabajos de contención de violencia. El 2022 cerró como el año más violento en la historia de la entidad. El ritmo que llevamos en esta primer quincena del 2023 no es halagüeño.

Pero parece que a la estrategia de abrazos no balazos tenemos que agregar el elemento vistoso. Camionetas y personal perfectamente nuevos, uniformados y armados, que lastimeramente lo único que brindan es ESPECTÁCULO.

MICROCUENTO

Las tendencias me orillaron a ello. Rebusqué en ese cajón lleno de “cositas” pues estaba seguro que ahí estaba. En más de alguna ocasión había escuchado indicios de su vida. Con emoción, lo encontré y efectivamente, presto y funcional. ¡Qué bien luce mi Casio!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: