Denuncian destrucción de manglares
*Organizaciones ambientales denunciaron la inacción de las dependencias correspondientes en frenar la tala y relleno de los humedales
En medio de las celebraciones por el Día Internacional del Turismo en Quintana Roo, organizaciones ambientales denunciaron que, pese a constituir un delito penal, la destrucción de manglares en Holbox prevalece, con la construcción ilegal de proyectos inmobiliarios o turísticos.
Holbox se divide en dos islas, una de ellas, urbanizada y visitada (Isla Chica) y otra objeto de ambiciones de poderosos desarrolladores (Isla Grande). Es también una de las joyas turísticas del Caribe Mexicano, que está dentro del Área Natural Protegida de Yum Balam, decretada en 1994 y es objeto de fuertes presiones para continuar su desarrollo, a costa de sus frágiles recursos naturales.
Este lunes ocho organizaciones ambientales hicieron eco de los clamores de pobladores de la isla, quienes reprochan la inacción de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), para frenar el avance de la tala y relleno de humedales, lo cual constituye un delito penal.
En días pasados habitantes de Holbox, en el municipio de Lázaro Cárdenas, alertaron sobre la construcción de una cuartería o posada dentro de un humedal, localizado en la calle paseo Kuka, que limita con la calle Tonzack, conocido localmente como “la zona de la casa redonda”, en la llamada Isla Chica.
Para estas obras se ha tenido que desmontar, talar y rellenar mangle de las especies botoncillo y blanco, así como palma de chit, todos protegidos por la Norma Oficial Mexicana 059, explicaron el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), el Grupo Ecologista del Mayab (GEMA), el Grupo Tortuguero del Caribe, Manta México Caribe, Flora, Fauna y Cultura de México (FFyCM), Pronatura Península, Amigos de Sian Ka’an (ASK) y Casa Wayuu.
Hasta el momento no se cuenta con evidencia de que dichos trabajos estén amparadas por una autorización de impacto ambiental, al margen de que el artículo 60 TER contenido en la Ley General de Vida Silvestre (LGVS) prohíbe toda obra o actividad que dañe el flujo hidrológico de los manglares en México.
Además de las especies de manglar removidas, se tiene registro de fauna en el sitio, como el Cocrodrilo de pantano (Crocodylus moreletii), y la Iguana rayada (Ctenosauria similis), el Cocodrilo americano (Crocodylus acutus); aves como la garza tigre (Tigrosoma mexicanum), el Rascón Costero del Atlantico (Rallus crepitans), el Vireo manglero (Vireo pallens), la Huilota caribeña (Zenaida aurita), el Maullador negro (Melanoptila glabrirostris), el Halcón peregrino (Falco peregrinus), el Colorín 7 colores (Passerina ciris), y la Garza rojiza (Egretta rufescens).
“Dados los valiosos servicios ambientales que prestan los humedales, la tala de este mangle se encuentra tipificado como delito en el Código Penal de la Federación y, aún cuando la comunidad ha presentado diversas denuncias, tanto por la tala del manglar como por el relleno del humedal y el desecho de basura sobre éste, las autoridades, particularmente la Profepa, no han atendido el problema de forma oportuna ni satisfactoria.
“Hasta el momento, únicamente se han producido clausuras más bien simbólicas, sin que se hayan generado las acciones legales e impuesto las sanciones de ley correspondientes, ni tampoco se ha resuelto el problema de fondo que es la remediación ambiental del sitio”, expusieron las organizaciones.
Si bien Isla Grande es la que mantiene un mayor grado de conservación, es Isla Chica lo que se encuentra más poblado y donde se llevan a cabo obras de desarrollo turístico, expuso la agrupación.
“Es en esta región donde actualmente ocurren la mayoría de los delitos ambientales, principalmente el desmonte de manglar y el relleno de humedales, los cuales se realizan con el fin de utilizar los terrenos para fines inmobiliarios, ya sea para la construcción de hoteles, casas, cuarterías o negocios”, sostuvo.
Por separado, uno de los pobladores que denunciaron lo sucedido, dijo que reportaron los hechos a la Dirección de Ecología del ayuntamiento aún presidido por el alcalde, Nivardo Mena, dependencia municipal que respondió que en el sitio “no se está construyendo nada”.
“Está siendo rellenado a plena vista de todos. La Conanp ha realizado la denuncia y ha levantado varios reportes y acudido cuando han ido las camionetas a rellenar, incluso la PPA (Procuraduría de Protección al Ambiente del estado) ha venido por una denuncia anónima que realizamos, pero tampoco pasó nada.
“Es frustrante que, luego de la pandemia y de lo que se ha provocado por la mala actuación y mal manejo de los recursos naturales, parece ser que no hemos aprendido y estamos peor que nunca y arrasando con las especies como el manglar y las palmas de chit que se encontraban en este lugar”, expresó el ciudadano, cuya identidad ha sido reservada por protección.
Esta misma persona manifestó que el humedal ha sido rellenado desde 2017; que se cuenta con fotografías que muestran la evolución de su destrucción, sin que las autoridades intervengan, mientras que los pobladores que denuncian lo hacen con miedo al ser víctimas de hostigamiento y persecusión.
LENGUAJE INCLUSIVO EN EL TURISMO
“Toda esta afectación (está) muy alejada de los convenios y tratados que nuestro país ha firmado en materia de defensa y conservación del medio ambiente, derechos humanos, cambio climático y justicia ambiental; se siguen pasando la ley, el código penal y nuestro derecho a un medio ambiente sano, ‘por el arco del triunfo’.
“Y parece ser que la autoridad municipal y federal no tienen interés de que esto se detenga o mejore; ha visitado el lugar la Secretaria de Semarnat (Luisa Albores); el comisionado de Conanp (Roberto Aviña); la procuradora de Profepa (Blanca Mendoza) y no hemos logrado frenar, ni avanzar en cuestión de protección del lugar”, reprochó.
Al respecto, las organizaciones denunciantes llamaron nuevamente a las autoridades para que sancionen conforme a la ley a quienes han talado el manglar y afectado otras especies que habitan en este ecosistema; ordenen la remediación ambiental e implementen de forma continua la vigilancia en la zona, a fin de poner punto final a la impunidad que prevalece en “este valioso y tristemente amenazado paraíso natural del mar Caribe que es, todavía, Holbox”.