Podría leche de cabra ser alternativa para intolerantes a lactosa: José Luis Zepeda
Redacción – Dimensión
“La leche de cabra puede ser una alternativa para quienes no toleran la lactosa y/o padecen alguna enfermedad crónica como la diabetes”, dijo José Luis Zepeda Batista, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad de Colima, al dictar la conferencia virtual “Beneficios potenciales de la leche de cabra en el consumidor intolerante a lactosa”, durante el II Congreso de Producción Bovina, Ovina y Caprina que organiza esta institución educativa en su campus de Tecomán.
Aclaró que existen tres tipos de intolerancia a la lactosa: 1) se produce una pérdida progresiva de producción de la lactasa; es decir, una pérdida gradual de la enzima que asimila la leche; 2) hay un daño intestinal temporal que disminuye la actividad de la lactasa, y 3) congénita, esto es, debida a una mutación en el gen de la lactasa, lo cual provoca una actividad mínima o nula de ésta.
Explicó que además de la lactosa, hay ciertas variantes de una proteína en la leche llamada Beta-Caseína, la cual genera el malestar en los consumidores, que pueden asumirse erróneamente como intolerantes a la lactosa; “en la raza Holstein, de donde proviene mayormente la leche que consumimos, hay una alta incidencia de este tipo de variantes, por lo cual quienes la consumen manifiestan problemas. En cambio, las vacas criollas de las que antes se obtenía la leche, no la tenían o eran mínimos los animales con este problema”.
En este sentido, detalló que una alternativa para las personas que padecen este malestar es la leche de cabra, porque contiene variantes saludables de la Beta-Caseína; asimismo, el nivel de lactosa en la cabra es mucho menor que en el bovino. Al ingerirla, aunque la persona produzca menos enzima de lactasa, es posible digerir el alimento sin molestias.
De igual modo, continuó, “en las cabras prácticamente no existe dicha forma de proteína mala o dañina. La proteína que contiene la leche de cabras es benéfica, pues ayuda a proteger de enfermedades isquémico-cardíacas y en algunos casos hasta de esquizofrenia. Tiene la ventaja de que posee ácidos grasos poliinsaturados, buenos para la salud, posee Omega 3 y Omega 6, ácido docosahexaenoico (DHA) y altas cantidades de vitamina A y Hierro. Es un alimento muy completo que el intolerante a la lactosa, hablando del primario o secundario, podría ingerir”.
Comentó que la leche de cabra puede ser utilizada y consumida por personas que padecen enfermedades crónicas como diabetes y que sus derivados como el queso, panela, ponche, yogurt y la cajeta, entre otros, son una opción viable, barata y natural con respecto a fármacos.
Precisó que actualmente trabaja en la primera etapa de un proyecto de investigación para obtener los perfiles nutricionales de la leche en razas de cabras lecheras Saanen, Alpina y Nubia; “trabajamos con algunos técnicos de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Caprino de Registro (AMCGCR), y hemos visto que el clima de Colima beneficia a las cabras, pues su perfil nutricional es mejor respecto de la leche que viene del centro o norte del país, a pesar de que genéticamente hablando son lo mismo”.
Agregó que ahora trabaja con voluntarios que se han definido como intolerantes a la lactosa, “pues refieren que la leche les genera aparente incomodidad; sin embargo, le han tomado gusto a la leche de cabra y no sienten malestar en comparación al consumo de leche de vaca”.
Por último, mencionó que se necesitan más estudios para definir de mejor manera el uso de la leche de cabra como una alternativa, por lo cual invitó a los interesados a que se integren a este proyecto: “Invito a las facultades de Ciencias Químicas y de Medicina para que se sumen a este trabajo, que traería muchos beneficios a la ciudadanía”.