Autoridades muestran falta de empatía hacia mujeres policías
CIUDAD DE MÉXICO.- Tras la serie de manifestaciones violentas en toda la República Mexicana a raíz del #8M, que dejó como saldo 82 mujeres lesionadas (de las cuales 62 fueron policías), es lamentable que ninguna autoridad observe una verdadera empatía por los cuerpos policiales femeninos y no haga más por ellas, como respetar ascensos prometidos a quienes ya han participado en anteriores protestas feministas o consignar inmediatamente a todas las agresoras; pues las mujeres policías tienen exactamente los mismos derechos que cualquier otra mujer violentada, afirmó Alejandro Desfassiaux, presidente fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada.
En este sentido, el Lic. Desfassiaux profundizó en que mujeres policías de diversos agrupamientos de la Secretaria de Seguridad Ciudadana han denunciado que no se ha cumplido la promesa de entregarles grados inmediatos a quienes han participado en manifestaciones previas de colectivos feministas. La promesa lleva más de medio año de incumplimiento y es una falta triple de solidaridad porque no han recibido ni aumento de salario, ni de grado y, además si ocurre una marcha, las policías tienen que trabajar horas extra no necesariamente remuneradas y si se niegan las pueden cesar, poner a disposición o cambiarlas de sector, por lo que la olla de presión también juega en contra de ellas, agregó.
Por otro lado, continuó, hubo muy pocos detenidos por estas manifestaciones violentas y desafortunadamente la mayoría ya han sido liberados tras la presión de organizaciones feministas. Por mencionar ejemplos, la fiscalía de Aguascalientes informó que ya fueron liberados 8 mujeres y un hombre, acusados de lesiones dolosas en contra de mujeres policías y actualmente solo permanecen 4 personas detenidas en la CDMX. “Parece que tardan más en ser consignados que en ser liberados”, comentó.
Hay que recordar que los ataques a las policías fueron sumamente violentos con gasolina y fuego con la clara intención de atentar contra su vida. Algunas mujeres policías se encuentran todavía hospitalizadas y delicadas de salud al ser rociadas con cloro en los ojos. No debe haber impunidad en estos casos, así como tampoco puede haber tolerancia con la tasa de feminicidios actuales, pues es un país con cifras alarmantes de violencia contra la mujer. México registró 967 feminicidios en 2020, una cifra casi idéntica a los 969 crímenes por razón de género de un año antes. El 2021 comenzó con más de 200 feminicidios y no puede pasar desapercibido que más de 10 mujeres son asesinadas al día, según ONU Mujeres, en un país que tuvo 34,531 homicidios dolosos en 2020.
No se le permitió actuar a la policía, a pesar de los destrozos que ocurrieron en todo el país. En el monumento a la Revolución, de donde partieron las mujeres manifestantes, hubo innumerables daños, quebraron vidrios y pintaron las paredes, antes de avanzar hacia el Zócalo. En el trayecto también quemaron objetos y derribaron las vallas metálicas que protegían los inmuebles. En las oficinas de Telmex, de Eje Central y Avenida Juárez, las mujeres se enfrentaron con el cuerpo policiaco Ateneas y les recriminaron por estar de parte del Estado. Por la avenida Madero, frente al Sanborns de los azulejos, golpearon con martillos las vallas metálicas que protegían el inmueble. Momentos más tarde quebraron los vidrios de los ventanales del negocio y pintaron mensajes con aerosol en la fachada.
En Xalapa, Veracruz, dañaron las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública. También intentaron acceder al Palacio de Gobierno. En Puebla, colectivos feministas prendieron fuego a la puerta del Congreso del Estado y vandalizaron autos que estaban estacionados en los alrededores.
Con una gran quema frente a las puertas del palacio de gobierno estatal, las mujeres chiapanecas marcharon e hicieron pintas en paredes de edificios públicos y privados. En Yucatán, grupos feministas dejaron a su paso pintas sobre el monumento a los conquistadores españoles Francisco de Montejo, padre e hijo, donde plasmaron el nombre de las víctimas en la entidad. En Querétaro un grupo de feministas realizaron pintas, rompieron cristales, esparcieron documentos y prendieron fuego en la Fiscalía Especializada en la Investigación y Persecución del Delito de Feminicidio.
En Morelos, un grupo de mujeres realizó pintas en edificios públicos y privados. El Centro de Salud de Tlaltenango sufrió vandalismo. La iglesia de esa comunidad, construida en el Siglo XVI, también fue grafiteada. Metros adelante las mujeres lanzaron bombas molotov contra la sede del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado. Los vidrios de un banco y de una escuela privada fueron destrozados por las manifestantes. Ya en la capital del estado, las mujeres también destrozaron la fachada del restaurante “Las Mañanitas”, así como las ventanas del Palacio de Gobierno estatal e intentaron abrir por la fuerza la reja principal del inmueble. Con aerosoles intentaron quemar, desde las ventanas, parte de las oficinas que dan a la Plaza de Armas de la ciudad, la cual también fue vandalizada.
En el Estado de México, el edificio del Poder Legislativo, desde donde se hizo un llamado a los gobiernos municipales a no reprimir las protestas por el #8M, tampoco se libró de los grafitis, mientras sus puertas de madera resultaron dañadas cuando las manifestantes les prendieron fuego. En Jalisco, unas mujeres optaron por grafitear, y otras por romper cristales de negocios, entre ellos, una sucursal bancaria. Durante el recorrido, algunas protestantes de frentes radicales destruyeron los cristales de establecimientos y estropearon un parabús, además pintaron fachadas de negocios y casas, así como postes, banquetas y hasta la carpeta asfáltica.
Ante todos estos actos vandálicos ocurridos durante del #8M, donde se lesionó a decenas de mujeres policías sin que se les permitiera actuar bajo protocolos específicos sobre el uso progresivo de la fuerza, el Lic. Alejandro Desfassiaux, Presidente Fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada y autor del libro: Cómo Poner un Alto a la Inseguridad en México, aseveró que, si no hay detenidas ni sanciones para las agresoras, entonces el Estado de Derecho en México es una utopía.