Julieta después de Romeo

Tzintli Díaz Gudiño

¿Dónde está mi amado?

Ahí está, rebosante de este mal amor,

Que ya no lo tiene,

Que ya no lo tengo,

Que lo perdimos.

¿Qué haré sin ti Romeo?

Nunca debimos de ser enemigos.

Qué experiencia tan inconcebible,

Una tristeza que se queda guardada en el corazón de Verona,

En esos callejones dónde la luna salía a ser testigo de nuestro secreto.

No Romeo, ya nadie volverá a sonreír en esta nuestra Verona.

Rayos y truenos anuncian cuando la tierra se abre.

Se anuncia tu muerte; tú, amado mío, muerto.

¿Qué harás sin mi allá en el cielo?

Que se abra el cielo,

Que todos los ángeles te reciban,

Que te abracen como yo me quedé ansiosa de abrazarte.

Yo estaré aquí mi Romeo,

Con la pena a flor de piel,

Mirad, mirad ahí a Paris,

La desgracia de nuestro amor lo alcanzó,

Si hubiera sabido que tuyo era mi corazón,

De todos modos, habría muerto.

Llevadme contigo Romeo,

Que poco quiero vivir sin tu amor…

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