Caldero Político

Se asienta la polarización de masas sociales en México

Juan Ángel MAGAÑA HERNÁNDEZ/Analista político

Este fin de semana pudimos observar como las masas ciudadanas en el centro del Zócalo de la ciudad de México en frente de  Palacio Nacional, por unos momentos se vislumbró una polarización ríspida entre gritos y vitorees a favor y en contra, por parte de los simpatizantes del Presidente en frente a la Asociación Civil de FRENA anti AMLO. Por ello afirmamos que la polarización en nuestro país cada día más se ratifica aprovechándose de las garantías constitucionales de expresión y de manifestación que otorga la Carta Magna.  Esta polarización viene desde el año 2018, traspasando a la política, donde la ideología desaparece como ente articulador al interior de los partidos políticos desestimando el discurso status quo vs. anti-sistema corruptor. En aquel entonces más de 30 millones de mexicanos, votaron por un cambio en favor de la izquierda debido al hartazgo derivado principalmente de la percepción de una corrupción endémica que ha prevalecido tanto en los gobiernos federales, en los que el punto común y destacado fue la ausencia de propuestas. En este contexto, el Titular del Poder Ejecutivo AMLO, con la experiencia de más de 12 años de campaña, supo encabezar, interpretar y aprovechar el malestar de la sociedad mexicana, lo que lo llevó a adoptar y hacer popular el vocablo de “La mafia en el poder”, en donde encasilló a todo aquel actor, partido, grupo empresarial, etc. que no piensa como él. Hoy observamos un México dividido, polarizado donde una gran masa ciudadana, ha emprendido la estrategia y alianza en contra del régimen de la 4T y del Poder Ejecutivo para atacarlo y denostar la figura presidencial. Esa es la fuerza que nutre el encono social resultado de una corrupción percibida como uno de los principales factores de la desigualdad y que ha gestado un sentimiento de exclusión entre la población mexicana. Hoy por hoy, a diferencia de lo que se consideraba hace seis años, esas masas aluden que el verdadero peligro es el régimen de la 4T. Esta polarización de masas ciudadanas en nuestro país, ha coadyuvado  en un proceso de expulsión del paraíso estatal, que eran sin duda mayoritarios entre la población económicamente activa y entre el conjunto de la sociedad mexicana. Lo característico del proceso en la polarización de masas ciudadanas radica en la gradualidad de los cambios y la invisibilidad de los mismos, se han cambiado las cosas sin decir demasiado para evitar despertar al león dormido y la estrategia ha resultado eficaz. Por eso la aceptación de los cambios  se facilitó también, porque el supuesto cambio de modelo económico que se viene procesando de manera paralela y complementaria a la supuesta democratización del sistema político en México, se nos sometió a condiciones más brutales de explotación a cambio de la libertad de elegir a nuestros gobernantes. Con la izquierda en el Poder se viene construyendo una escenografía y coreografía democrática que permiten transformar las leyes para modificar radicalmente al Estado sin cambiar la Constitución Federal de fondo sino de forma. Se viene operando una  transformación sin que nos demos cuenta de las implicaciones de sus actos, y hablo al nivel de las masas corporativizadas, no tanto de sectores reducidos de militantes que advirtieron sobre la amenaza y que no lograron la convocatoria necesaria para resistir el proceso de manera más activa y contundente. Bajo la coartada de la democratización del régimen político en una transformación del Poder público, solo se limita a un esquema de “transparencia” electoral muy fácilmente de enturbiadle, como lo fue en el año 2006 y un sistema de partidos excluyente de otras formas de acción política popular que permitió y legitimó la llegada de la izquierda al poder, debido al hartazgo social en los actos de corrupción de los gobiernos federal anteriores. Como dijera el politólogo y filósofo Enrique Montalvo, la transición que hemos vivido en el Poder público federal, no es la transición a la democracia, es la transición de la derecha a la izquierda en el poder formal, que representa la consolidación e irreversibilidad en el fracaso del modelo neoliberal. Ello facilitó la normalización de la caída continua de las condiciones de vida de la población, la pérdida de los derechos de los trabajadores, la satanización y aislamiento de las luchas por la recuperación de los viejos derechos así como su criminalización, como hemos visto en los casos más destacados de la represión ejercidos en lo de la disputa por el agua en Chihuahua entre el gobierno estatal y el gobierno federal y la salida de la Conago de diez Gobernadores, porque la federación atenta contra el pacto federalizado y la descentralización política administrativa en los subsidios y fideicomisos hacia los Estados de la Republica y sus Municipios, reprimiéndolos a la aplicación de una austeridad republicana. Veremos pues, en que termina esto, si recae en la lucha del más fuerte, en el que más aguante, o se dan los consensos para no recaer en el surgimiento del México Bronco que nadie quiere. Sino al tiempo.

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