Volver al pasado
Autocinema, una experiencia que vale la pena vivir y repetir
*Paco ALLER/Estudiante
Hace ya un poco más de tres meses que un virus nos privó a muchos de todas las actividades que aún en principios de enero podíamos realizar con suma normalidad, tales como salir a caminar, visitar algún bar o antro con los amigos, ir a la plaza en familia, o incluso de disfrutar de una buena película en el cine. Un servidor es honesto, y jamás imaginó que febrero sería el último mes dónde pudiera visitar una sala de cine, menos cuando esta era uno de los pasatiempos favoritos con los que me podía relajar luego del estrés que nos suponía la rutina.
A final de cuentas, y sin deberlo ni temerlo este ha sido un año de guardarnos en nuestros hogares, donde nuestro mejor amigo es el internet y de vez en cuando compartimos miradas fijas con el techo, sin embargo, hace algunas semanas hubo una noticia que fue muy sonada los días dónde salió, un autocinema se iba a instalar en el terreno donde año con año se erige la Monumental Plaza de Toros la Petatera, obviamente hubo todo tipo de comentarios y opiniones al respecto, positivas, negativas, burlonas y uno que otro meme acido.
En un principio me mostré muy escéptico con esta propuesta, en realidad no me la tomé muy en serio, además me preocupaba que la organización no fuera del todo buena y en vez de ser una experiencia para olvidarse un poco de la pandemia fuera una nueva cosa de la que estresarse, así que deje pasar los días y no fue hasta tres semanas después que impulsado por la desesperación de querer hacer algo diferente que decidí dar el salto de fe y asistir al Autocinema mic mic.
La cita fue el 31 de mayo a las 8:30 en los terrenos de La Petatera para ver El Rey León, una opción agradable y positiva para mantener el ánimo en estos días, tenía todo listo para asegurarme tan siquiera que de hambre no iba a morir esa noche, antes de esto un día antes fui a hacer mi deposito correspondiente y con mucha amabilidad el personal vía Whatsapp me otorgó mi código, además de darme instrucciones para el día de la función, así que con buena botana y principalmente la mejor compañía arranqué motores y tomé rumbo hacía La Petatera.
Mientras iba al volante debo decir que iba imaginando los escenarios más estresantes para mentalizarme a cualquier cosa que pudiera suceder, a decir verdad, me esperaba de todo, pero en cuanto llegué no obtuve nada de todo lo malo que esperaba. La entrada fue muy sencilla, eso sí, recomiendo llegar 20 minutos antes de la hora indicada y de poder ser vayan en automóvil pequeño para asegurarte un asiento en primera fila como el que este escritor tuvo.
Lo primero que uno se fija cuando llega a algún lugar en estos tiempos de Covid son las medidas de sanidad que los empleados del lugar están tomando, y la verdad no tengo ninguna queja acerca de esto, todos estaban con su cubrebocas o careta y mantenían la distancia recomendada con los asistentes, una vez dentro mostré mi código, me identifiqué y el personal muy amablemente procedió a acomodarme en uno de los cajones marcados, todo iba muy bien para sorpresa de este escritor, incluso recomiendo llevar algo de capital extra puesto que al llegar te ofrecen un menú el cual tiene uno que otro antojo que no deberías quedarte con las ganas de probar, además de que tampoco los precios están exagerados.
Otras de las preocupaciones que tenía eran con relación al audio y video, temía que no fuera a ver o escuchar la película, y aunque quizá la pantalla podría tener unas pulgadas más puesto que a mi gusto la sentí un poco pequeña, no mucho, el audio era lo mejor, una experiencia envolvente y ensordecedora que te hacen sentir auténticamente en el cine, incluso sentías la vibración en el carro de cómo cada canción de la película retumbaba y te sacaba una sonrisa.
Ya al final de la función me temía que todo lo bueno de esta experiencia me lo amargara la salida de los carros, gente que se quiere meter, otros que te avientan el carro, y los que por supuesto te dejan un corte de manga como recuerdo, pero debo aplaudir a los organizadores quienes de una manera muy controlada pudieron manejar muy bien esta situación, la salida fue fluida, sin amontonamientos, en ningún momento se les salió de control, en este aspecto me quito el sombrero ante la organización del Autocinema mic mic.
En general la experiencia me resultó muy disfrutable, después de la función lo único que sentí fue tranquilidad y satisfacción, más ahorita que es difícil encontrar algo que mantenga nuestras mentes alejadas de las malas noticias que cada día están saliendo, muchas veces nos burlamos de lo que Colima nos ofrece, hacemos la sátira y nos reímos de nosotros mismos por ser un Estado pequeño sin darle la oportunidad a quien se arriesga por dar algo diferente, es por esto que recomiendo totalmente que vayan a Autocinema mic mic, una probada de nostalgia y un escape de dos horas que con pareja o familia van a agradecer.
*Francisco Arturo García Aller es estudiante del Sexto semestre de la carrera de Comunicación de la Universidad de Colima.